La relación amorosa
El 80 % de los enfermos evita el acercamiento hacia otra persona o experimenta pequeñas fugas que minan la relación. Pero encuentran alivio cuando asumen la dificultad y se someten a una terapia adecuada.
La sexualidad de la personalidad fóbica está alterada por una intensa inhibición. Existe una necesidad de entrega como donación al otro, pero es potencialmente un enemigo encubierto. Se evita así el acercamiento o se realiza bajo parámetros en que no se subjetiviza a la persona, sino se lo objetiviza al revestirlo de proyecciones, explican los terapeutas. Las relaciones entonces, se convierten en anónimas o fugaces. Cuando los elementos fóbicos están implicados como características de personalidad, existe una sexualidad aparentemente sin conflictos, en un principio; pero, luego y en base a problemáticas superficiales, empiezan a parecer lo que podríamos denominar "boicots fóbicos", pequeñas fugas que terminan minando la relación .Los síntomas de angustia, pueden instalarse y aparecer egosintónicos a la lectura del paciente y difíciles de detectar para el entorno. Pueden permanecer camuflados a los ojos de los demás durante demasiado tiempo. El paciente, la persona, el grupo o la institución, tienen medios y métodos para evitar el displacer de la problemática, por ende, utilizan los mismos mecanismos para ocultar sus terrores, miedos o pavores. El único momento adecuadamente terapéutico es el: "cuadro de agotamiento", que se presenta ocasionalmente. En los casos en que se obtiene mínimamente un estado de equilibrio, no se debe esperar la desaparición de todos los síntomas egodistónicos. Si las conductas de equilibrio son suficientemente eficaces y el juego de pulsiones y defensas actúan adecuadamente, la conducta fóbica tiende hacia sus objetos fóbicos con un seudo permiso; es decir, con angustia, pero con acercamiento. Este punto es clave, porque el contacto con la realidad, el contacto con el objeto fóbico, permitirá la posibilidad de disolución del tabú de base si el paciente, el grupo pueden ver que no se trata de un elemento peligroso para su integridad.
NO CONFUNDIR CON TIMIDEZ
"La fobia social es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso de llegar a sentirse humillado en situaciones sociales; especialmente, actuar de tal modo que se coloque en una situación vergonzosa frente a las demás personas". Frecuentemente es hereditaria y puede estar acompañada de depresión o alcoholismo. La fobia social comienza en algunos casos, en el principio de la adolescencia. Los que la padecen tienen la idea de que las otras personas son muy competentes en público y que ellos están en desventaja. De este modo, los pequeños errores que cometen parecen mucho más exagerados de lo que en realidad son. Se ruborizan, sienten vergüenza y creen que todas las personas los están mirando. De otro modo, también, pueden tener miedo de estar con personas que no sean las más allegadas. O experimentan un miedo más específico, como el sentir ansiedad si tienen que dar un discurso, hablar con el jefe o aceptar una invitación. Aunque, este trastorno frecuentemente se confunde con timidez, no es lo mismo. Las personas con fobia social no necesariamente son tímidas. Pueden sentirse totalmente cómodas con otras personas la mayor parte del tiempo, pero en situaciones especiales pueden manifestar una intensa ansiedad.
REACCIONES IRRACIONALES
Las personas con fobia social comprenden que sus sensaciones son irracionales. Sin embargo, experimentan una gran aprensión antes de enfrentarse a la situación que temen y hacen todo lo posible para evitarla. Aún cuando puedan enfrentarse a lo que temen, generalmente sienten gran ansiedad desde antes y están muy incómodos. Posteriormente, las sensaciones desagradables continúan con la preocupación acerca de cómo los juzgan o qué piensan los demás u observan respecto a ellos. Aproximadamente el 80 por ciento de las personas que sufren de fobia social encuentran alivio a sus síntomas cuando se les da tratamiento de terapia cognitivo-conductual, de medicamentos, o una combinación de ambos. La terapia puede involucrar aprender a ver los eventos sociales en forma diferente; exponerse a una situación social aparentemente amenazadora de tal manera que les sea más fácil enfrentarse a ella; además, aprender técnicas para reducir la ansiedad, adquirir habilidades sociales y practicar técnicas de relajación.