jueves, abril 10, 2008

Terapia para niños con fobia social.
La terapia de comportamiento resulta efectiva para los niños con fobia social.
Una terapia de comportamiento diseñada para tratar a los niños diagnosticados con fobia social les ayuda a sobrellevar muchos de sus síntomas, más incluso que la fluoxetina (Prozac), de acuerdo con un estudio publicado por la nacional Instituto of Mental Health (NIMH) en diciembre del 2007 según el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.
La fobia social, denominada también trastorno de ansiedad social, se caracteriza por un miedo extremo a tener que afrontar situaciones sociales, como el temor a ser observado o juzgado por los demás, lo cual les comporta un gran sentimiento de vergüenza. Las personas con fobia social pueden experimentar síntomas físicos como: aceleración del ritmo cardíaco, excesiva sudoración o enrojecimiento, temblores, nauseas y otros síntomas. La fobia social es más extrema que la timidez común y puede interferir con la habilidad funcional de una persona. Los niños con el problema evitan actividades y situaciones tan cotidianas como jugar con otros niños, leer en clase y hablar con adultos.
La Dra. Deborah Beidel de la Universidad de Florida y sus colegas asignaron aleatoriamente a 139 niños de años comprendidos de 7 a 17 uno de estos tres tratamientos—Terapia Social para Niños (SET-C), fluoxetina o placebo (píldora de azúcar). La terapia SET-C incluye sesiones de terapia individual y de grupo más una clase de terapia de exposición diseñada para reducir la ansiedad social en niños y mejorar sus habilidades sociales. Los antidepresivos como la fluoxetina son los inhibidores de la serotonina más comúnmente utilizados para tratar la fobia social en niños con los resultados favorables típicos.
Durante el programa de 12 semanas, el progreso de los niños se fue siguiendo a través de informes realizados mediante sus propias experiencias y la de padres y evaluadores independientes. Beidel y sus colegas constataron que el 79% de los niños asignados al grupo SET/C respondieron al tratamiento, mientras que el 36% lo hicieron al grupo de la fluoxetina y el 6% lo hicieron al que se suministró placebo. Además, al evaluarlos justo al terminar el estudio el 53% del grupo SET/C no volvieron a cumplir con el criterio establecido para la fobia social, en comparación con el 21% del grupo de la fluoxetina y el 3% del de placebo.
Sobre todo, los investigadores vieron que ambos SET/C y la fluoxetina ayudaron a los niños a superar su fobia social. Y aunque algunos niños respondieron más o menos bien en relación a la terapia SET/C, ambos grupos mantuvieron su mejoría en las mismas proporciones un año después del tratamiento. La terapia también ayudo a los niños a superar sus miedos y a adquirir habilidades sociales y de funcionamiento en general, sugiriendo todo ello que la intervención en su comportamiento generó un mayor poder de entendimiento y comprensión en los niños.

viernes, marzo 28, 2008

“De tal palo, tal astilla”
Padres con un trastorno antisocial pueden motivar el mismo trastorno
en sus hijos. Cuanto más tiempo se pasa con un padre con un trastorno antisocial, más problemas se pueden generar en sus hijos


Por: Colin Allen

Los niños que viven con padres que sufren un trastorno antisocial grave suelen desarrollar problemas de comportamiento dependiendo del tiempo en que hayan convivido.
De acuerdo con un estudio publicado en un ejemplar reciente del Child Development, la calidad del tiempo dedicado por el Padre no siempre es el mejor método para evitar que el niño tenga un mal comportamiento. Por el contrario, los padres que son más propensos a tener una conducta algo distante o incluso ruda pueden incidir de forma activa a ser una fuente dependiente de soporte emocional y social para sus hijos.
De alguna forma, este estudio confirma la creencia común de que cuanto más tiempo se pasa con un niño mejor se soporta la separación: Se constató que niños procedentes de padres con conductas gregarias suelen tener más problemas de comportamiento. La sabiduría popular sólo conecta a los jóvenes que comparten casa con padres antisociales (fobia social)como los más propensos a tener un temperamento rebelde y tramposo con ataques de ira e incluso físicos comparados con los demás de su generación.
La Dra. Sara Jaffee, que dirigió el estudio en un Instituto Londinense advierte que puede haber un componente genético en sus descubrimientos. “No obstante, antes de que pueda identificarse el riesgo hereditario del comportamiento antisocial, es necesario emplear más tiempo en la investigación.

Vía: Psychology Today